La basura desaparece sin dejar rastro en Singapur

Singapur Es una ciudad modelo en el mundo en cuanto a sistemas de recogida, eliminación y reciclaje de residuos. En un proceso cíclico que, en última instancia, elimina la contaminación y los residuos, y permite que la metrópoli permanezca siempre limpia. La recolección se realiza todos los días con la operación de 2 mil camiones y a través de una red de tuberías subterráneas, un tipo de residuo subterráneo, los residuos son trasladados desde los condominios directamente a las plantas de disposición y reúso. En las plantas de valorización energética (hay cuatro en total), los residuos se queman en un proceso rápido y complejo, sin producir dióxido de carbono, es decir, humo venenoso, sino sólo energía limpia, que se distribuye a los hogares de los ciudadanos.

Además de la energía, existen otras formas de transformación de residuos. El plástico se convierte y recicla en betún ecológico que se utiliza para carreteras asfaltadas y los residuos de ceniza se utilizan para producir ladrillos ecológicos. El 10 por ciento de los residuos que no se convierten se convierten en cenizas y son llevados a una isla artificial que no tiene conexión con el océano: la isla de Semakau, a ocho kilómetros al sur de Singapur, es un vertedero ecológico, formado por basura, capaz de . con material que ocuparía el espacio de más de 6 mil piscinas olímpicas. Los materiales nocivos no salen del vertedero, que también es visitado por recorridos turísticos y grupos escolares que estudian su funcionamiento, rodeado de plantaciones de manglares, como si de una reserva natural se tratase.

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