Las personas que cometen errores, tarde o temprano triunfan (Mark Zuckerberg)
hace 20 horas
Estáis equivocados, estáis equivocados. No hay que tener miedo a los errores: equivocarse ayuda. Einstein escribió alrededor de 200 artículos de contenido científico, así como diversos descubrimientos: unos cuarenta estaban llenos de errores. La vida es muchas veces una secuencia de errores, incluso involuntarios y aleatorios, pero lo importante es saber reconocerlos y tratarlos como palancas para avanzar, para mejorar, y no como talentos o para desperdiciar energía. No debemos tener miedo de cometer errores. No debemos convertirnos en prisioneros de la ansiedad por el desempeño, es decir, rendir siempre a un alto nivel en el trabajo, en los estudios. En la vida. Los errores ayudan, a veces incluso son necesarios para crecer y mejorar.
- Se aprende cometiendo errores. Puede parecer trivial u obvio, pero es bueno que se convierta en nuestra creencia, bien grabada en nuestra mente. Ningún dicho así ha quedado obsoleto, no ha pasado de moda: vivimos en una sociedad de desempeño, resultados, metas y ansiedad por el desempeño. Y por tanto está prohibido cometer errores. Con demasiada frecuencia educamos a nuestros hijos llenándolos de compromisos llenos de adrenalina y construyendo un modelo educativo basado enteramente en la competencia, por lo que es necesario evitar cometer errores.
- Utilidad del error. La ciencia nos advierte que sólo a través del error (o una serie de errores) se logran los resultados de los descubrimientos, incluso los novedosos más importantes. Un paso casi obligatorio. Esto es más o menos lo que afirmó, en otras palabras, Mark Zuckerberg, fundador y director general de Facebook, cuando advirtió con su cara sonriente de genio multimillonario: "Las personas de éxito no sólo aprenden de sus errores, sino que los aprovechan". incluso hacer." La mayor parte de su tiempo lo dedican a cometer errores".
- Error en filosofía. La segunda tendencia que conduce al redescubrimiento del error es la de la filosofía. En una era de narcisismo desenfrenado, un virus colectivo llamado superego que ha transformado nuestra antropología, bañarse en humildad sólo puede hacer bien. Y el error es el porche de este baño. Platón ya consideraba el error como un antídoto contra el egoísmo, y grandes filósofos como Friedrich Nietzsche consideraban el error como una especie de medicina natural para los delirios de omnipotencia en los que el hombre corre el riesgo de caer cada vez que se siente invencible. Y no tiene nada que ver con la realidad. Por tanto, la religión, como la filosofía, no considera el error como un crimen. De lo contrario. Antes de ser santos, fueron grandes pecadores, y de ahí testimonios de error con mayúscula, personajes como San Francisco y San Pablo. El primero fue a la cárcel, el segundo fue un asesino que torturó a cristianos.
- El error como prueba de inteligencia. Por último, si no te convence la ciencia, la filosofía o la religión, recuerda que error es sinónimo de inteligencia, mientras que creer que nunca te equivocas es síntoma no sólo de arrogancia sino también de estupidez. El general de Gaulle dijo: "Sólo los tontos nunca cometen errores".
Deja una respuesta Cancelar la respuesta