Los ciudadanos no pueden enfermarse en Belcastro
hace 5 días
belcastro Es un pequeño pueblo de poco más de mil habitantes en la provincia de Catanzaro, la mitad de los cuales son personas mayores. Su fama es bastante reciente y está ligada a una ordenanza del alcalde Antonio Torchia, algo nunca antes visto en Italia. En la práctica, Torchia pide esencialmente a los ciudadanos que no enfermen y, literalmente, "que eviten cualquier patología que requiera una intervención médica, sobre todo inmediata, y que descansen lo máximo posible para poder seguir viviendo". La ordenanza se produce después de que el alcalde haya pedido a varios niveles, desde el municipio de Catanzaro hasta la administración regional, desde la prefectura de Catanzaro hasta la empresa provincial de salud, que solucionen el problema de la asistencia sanitaria en su pequeña ciudad. En realidad inexistente. De hecho, el primer centro médico al que puede acudir un ciudadano de Belcastro en caso de emergencia y para visitas rutinarias es la sala de urgencias del Hospital de Catanzaro. Lástima que está a 45 kilómetros de distancia, por lo que para una persona mayor que necesita una intervención oportuna, esta separación podría ser fatal.
Cualquiera que sea la provocación de Torchia, tiene un doble significado. Esto es un signo de injusticia y ruina: no se puede dejar a una comunidad de mil personas sin una atención sanitaria mínima, al menos en caso de emergencia. En segundo lugar, es necesario repensar completamente la atención sanitaria, desde los médicos generales hasta las miniclínicas, lo que también ayudará a evitar la saturación de los grandes hospitales.
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