Porque la pasta causa alegría
hace 4 meses
Comer pasta no es sólo un ritual y una ocasión habitual para llenar el estómago. Esto también es motivo de gran felicidad. ¿Pero de dónde viene este sentimiento? ¿Qué elementos están presentes en la pasta que la hacen irresistible para nuestro paladar? La ciencia es capaz de dar respuestas precisas a estas preguntas.
carbohidrato
La primera razón por la que la pasta te hace feliz tiene que ver con su contenido de carbohidratos. Contienen azúcares, que a su vez liberan endorfinas, una de las principales fuentes del buen humor. Sin embargo, la presencia de azúcares también es una razón por la que no se debe consumir pasta en exceso para evitar el riesgo de aumento de peso.
insulina
Siempre son los carbohidratos de la pasta los que mueven la insulina, que por un lado regula los niveles de azúcar en sangre y, por otro, favorece la utilización de los aminoácidos, los componentes básicos de las proteínas.
Experiencia sensorial
Una investigación reciente del Instituto de Comportamiento y Cerebro de la Universidad IULM ha demostrado que la pasta provoca sensaciones sensoriales. No están vinculados a un “efecto nutrición”, sino a una respuesta que involucra la zona del cerebro donde maduran las emociones. Energético y positivo en este caso: un baño de paz. En el estudio participaron 40 hombres y mujeres que comieron cuatro tipos de pasta: penne con ragú, con tomate, con pesto y con aceite. Lo más sorprendente de la investigación es que la pasta resulta más atractiva a nivel emocional que el deporte y la música y consigue activar el sistema de memoria mucho más que estas dos actividades.
Gusto
Al entrar en contacto con el paladar, la pasta estimula el placer típico de los dulces. Con menos diferencias. La sensación de placer, el contraste entre lo amargo y lo ácido, y a medida que masticamos la pasta, se vuelve espesa y cremosa. Otra razón por la que lo preferimos a otros alimentos decididamente secos.
importancia de las especias
Las especias también tienen su papel a la hora de potenciar el placer que obtenemos de la pasta. Por ejemplo, ayudan a suavizar los sabores más fuertes y difíciles y hacerlos agradables. Es el caso de las verduras, que los niños aceptan con pasta a pesar de su sabor amargo debido a los fenoles, que normalmente son rechazados por la saliva.
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